PROVINCIA DE LUGO
La provincia de Lugo es una de las cuatro provincias que conforman la comunidad autónoma española de Galicia. Limita al norte con el mar Cantábrico, al oeste con la provincia de La Coruña y la de Pontevedra, al sur con la provincia de Orense y al este con el Principado de Asturias y la provincia de León. Su capital es Lugo y las principales localidades, aparte de la capital, son Monforte, Vivero, Ribadeo, Villalba, Sarria, Chantada y Mondoñedo.
LUGO
Enclavada en el interior de la provincia a orillas del río Miño, es la capital de provincia gallega en la que la civilización romana dejó una huella más importante. El máximo exponente del legado romano en la ciudad es su muralla. Construida en el siglo III d. C. en la que entonces se denominaba Lucus Augusti, esta construcción pétrea ha conseguido sobrevivir al paso de los siglos y continúa siendo el elemento arquitectónico que define de manera decisiva el aspecto de la ciudad, marcando los límites del casco histórico y el ensanche. La singularidad de esta fortificación milenaria y su buen estado de conservación le han permitido convertirse en la única muralla romana declarada Patrimonio de la Humanidad.
Una buena manera de conocer la urbe es, precisamente, subiendo a esta imponente construcción, de unos 10 metros de altura, y paseando por los 2.200 metros que posee su perímetro. Desde esta posición se puede admirar el casco histórico que se esconde intramuros.
LA CIUDAD
Cualquiera de las diez puertas de la muralla permite acceder a un entramado urbano de tranquilas calles peatonales flanqueadas por sobrios edificios de granito. Algunas de las más emblemáticas son la puerta del Carmen, tradicionalmente utilizada por los peregrinos que se dirigían hacia Santiago de Compostela; la puerta Nova, la de San Pedro o la de Santiago, construida en el siglo XVIII y que permite acceder directamente a la Catedral de Lugo.
Las plazas de Santo Domingo y de España son dos puntos cardinales del centro. En ésta última se alza la magnífica fachada barroca del Ayuntamiento, que data de 1740, y la añeja torre del reloj, del XIX, si bien el primitivo edificio fue levantado por Pedro de Artigas en el siglo XVI. Junto al consistorio, Esta la Iglesia de Santiago Nova, que fue iglesia del convento de monjas dominicas y que en su primitiva fachada (calle San Pedro) conserva dos hermosas puertas y la torre.
Comparten protagonismo en la ajardinada plaza de España los cafés más elegantes de la ciudad, así como suntuosas edificaciones, como el modernista Círculo de las Artes.
Otra monumental construcción del casco antiguo lucense es la Catedral, templo románico-gótico que se comenzó a edificar en el s. XII y cuyas obras se prolongaron durante más de un siglo, a las que se suman posteriores remates de gran belleza como su fachada neoclásica, conocida como puerta de Santiago. La estructura conserva sus primitivas trazas románicas en el crucero central, la mayor parte de la nave principal, así como en los brazos. Al estilo gótico pertenecen elementos tales como la girola, la capilla Mayor y el pórtico norte, mientras que son barrocos la sacristía, el claustro o la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes. Destaca en el interior el rico coro tallado en nogal, del siglo XVII, así como el retablo dedicado a la patrona de la ciudad, considerado una de las obras cumbre del barroco gallego.
En la misma plaza del recinto catedralicio, otro edificio de renombre viene a completar este espacio arquitectónico ecléctico, el Palacio Episcopal. Este edificio barroco data del siglo XVIII y se alza sobre el antiguo emplazamiento de la torre de los Condes de Lemos.
Multitud de vías comerciales y populosas se extienden en torno a la porticada praza do Campo, que en otras épocas fue foro romano y mercado medieval. Muy cerca se alza la iglesia de San Pedro, bello ejemplo de arquitectura medieval que pertenecía del que fuera convento de San Francisco, hoy ocupado por las instalaciones del Museo Provincial, uno de los más importantes de la provincia lucense. En la planta baja aún perviven algunas dependencias del extinto edificio conventual, como el claustro gótico del siglo XV, el refectorio y la cocina, ambos del siglo XVIII. Los valiosos fondos del museo comprenden una gran muestra de piezas arqueológicas, de las que sobresale una colección de orfebrería prerromana, artes industriales y escultura. Posee, asimismo, una pinacoteca que reúne obras desde el siglo XV hasta la actualidad, con un capítulo especial dedicado a autores gallegos.
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